A pesar de la profunda crisis que sufre el régimen de
dictadura constitucional, parlamentaria y partitocrática español, del que la alta
abstención en las pasadas elecciones al Parlamento europeo, en “España” el
54,14% y en la UE 56.91%, (i), se presenta como claro exponente, esta se da en
un contexto de relativa “paz social”, lejos de una situación que pudiera
definirse como revolucionaria.
El momento de desapego de la gran mayoría con el sistema en
crisis no se corresponde con un auge de la conciencia. Bien al contrario, la
cruda realidad nos muestra una sociedad que ha dado la espalda a la libertad,
compuesta por sujetos sin calidad ni capacidad reflexiva (ii); algo que parece
a primera vista evidente pero que, aun
así, conviene dejarlo afirmado de inicio para orientar la reflexión sobre los
temas que nos ocupan.
Respecto a la afirmación de que los procesos electorales,
campaña y votaciones, que se acometen en los Estados que se proclaman de
“democracia representativa” , con el
parlamento y los partidos políticos como ejes sobre los que se articulan, son libres en la conformación y en el
ejercicio de la voluntad popular, constituye un desprecio por la verdad. La
presencia amenazante, coercitiva, del aparato militar y policial del Estado; la
ausencia del derecho a deliberar entre iguales; la falta de la imprescindible
libertad de conciencia para un aceptable proceso electivo los vicia de principio a fin y, en
todos sus extremos, se dan, cabe proclamar, en el marco de una dictadura
política (iii).
Llama la atención que quienes más fe
expresan en que los Estados, merece recordar corporaciones de poder cuya espina
dorsal la constituyen ejército y policía y en la que además se integran el
resto de elites: la judicial y carcelaria, la de altos funcionarios
ministeriales, la adoctrinadora (escuela, universidad y medios de “comunicación
e información” ), pueden ser “asaltados” en procesos electorales “libres” son
los mismos que dan crédito a la “excepción” ahora del parque temático de la izquierda
latinoamericana, para con ello acabar, en buena lógica, defendiendo la viabilidad
de una transformación “revolucionaria” en “España”; los que seducidos por aquellos
experimentos, desde IU a la ahora prominente “Podemos”, propondrán si su
necesidad se hiciera perentoria constituir un Frente “Popular” conducente a la
III República. De esta manera niegan la lucha política revolucionaria en aras
de un reformismo “radical”.
Un ejercicio de venta de humo para
propiciar que el/los Estados en general y el liberticida español en particular,
continúen teniendo argumentos para prolongar su existencia y por extensión la
del capitalismo en cualquiera de sus variantes estatal y/o privada. Y siguiendo
por esa senda hasta ¿por qué no? proponernos la condición consustancial a lo natural
de aquellas corporaciones, oponiéndose de este modo a quienes desde el ideario
revolucionario expusieron ayer y hoy su carácter eventual, histórico, por tanto
extinguible mediante la Revolución.
Claro que este proceder es más
fatigoso que el posibilista procedimiento de la “revolución electoral”. Pero es
aquélla, aquí, allí, en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil... o en cualquier
lugar donde el pueblo este sometido a una minoría mandante, la única opción
para, no sin enormes dificultades y sin garantías previas de éxito, poner las
condiciones para la Democracia, para el autogobierno del pueblo a través de
asambleas omnisoberanas.
En el resultado de estos comicios, cabe resaltar el crecimiento
electoral de las opciones socialdemócratas de izquierda, en detrimento del desprestigiado
PSOE, instrumento durante la mayor parte de las tres últimas décadas del
Estado/capital, que da evidentes señales de anquilosamiento y agotamiento. Tal
ascenso programado supondría la culminación, con el añadido ahora de una
estrella televisiva de cartel como señuelo (iv), de la maniobra orquestada por
la facción oficialista del 15M, que contemplaba ya en su arranque la estrategia
de incorporar nuevos líderes y fuerzas que, renovadas, gestionaran la situación de desgaste del régimen de
dictadura constitucional, parlamentaria y
partitocrática. Esto es, intentar recuperar la ilusión por la
politiquería de los sectores pequeño-burgueses que sirven de sustrato social a
la partitocracia (v). Son quienes sueñan volver a los viejos tiempos, bien para
recuperar el perdido estatus, bien en la aspiración ilusoria de alcanzar la que
disfrutaban aquéllos en épocas de bonanza económica.
Apostar por la destrucción de lo humano es la triste deriva
que esta fracción del movimiento ha tomado definitivamente. En la articulación de
tal formulación ha jugado un papel determinante el entramado de luchas
demandando reformas, la mendicante obsesión de situarse en la oposición
defensista a los recortes impuestos por el gobierno, o sea en lo “posible”... en lo “práctico”. El economicismo
cortoplacista en beneficio de la destrucción del sujeto se ha acabado imponiendo.
En el asunto de abdicación del monarca español (vi), al margen
de posibles criterios de oportunidad y estrategia de la elite mandante, nos reafirma la percepción de que forma parte
del contexto general del deterioro de las instituciones estatales, en este
caso de la institución monárquica, y que ello ha precipitado la decisión.
Sea como fuere, la cuestión de la abdicación del rey está
haciendo mover ficha a unos y a otros a derecha e izquierda, al Partido del
Estado que diría M. Amorós, conforme a los
intereses de quienes realmente mandan: la cúpula militar-policial-judicial-funcionarial-académica...
del Estado español.
Creemos que el encaje de las circunstancias hacen parecer más
razonable -aunque el impulso a la propuesta embaucadora del Proceso Constituyente nos dará el real
alcance de tal pretensión- desde la visión del Poder, la alternativa de quemar
la etapa del ascenso, a lo que la liberticida Constitución del 78 nombra como
Jefatura del Estado, del príncipe Felipe; la perspectiva seguirá siendo el
recambio a medio plazo de aquella forma de gobierno por la republicana. No
obstante, cabe pensar, en buena lógica, que el recurso a aquella formulación
más “radical” podría reservarse como pieza de recambio en la gestión de la
situación a medio/largo plazo cuando, por el impulso revolucionario de las clases
populares, resulte desde la óptica del Poder aplicarlo como cortafuegos
programático.
Como gerentes de tal opción contarán, cuando la situación y
sus mecenas capitalistas lo requieran, de las fuerzas escoradas a la izquierda
del PSOE -socialdemócratas radicales, anarco-estatistas y demás izquierdistas-
que ya se han apresurado a hacer méritos con la celeridad de quien está
vigilante para desempolvar su vetusto discurso: el de la opción alternativa
republicana; revitalizándola, pues ahora se trataría sólo de agitar la bandera
tricolor hasta que proceda ondearla en los edificios y palacios donde se
albergan los poderes del Estado, como forma de gobierno. Con tal fin,
arteramente, utilizan la visión amañada por los “expertos” universitarios, la
que alienta el mito de la II República española como plena de bondades en contraprestación
a lo favores recibidos, frente a lo que de verdad supuso de agente liberticida,
represivo y sangriento (vii).
Estas estructuras partidarias, en definitiva, están en su
papel: garantizar la supervivencia del modelo de dominación, si el desgaste “institucional”
y los acontecimientos lo propiciara, cambiando la forma para hacer pervivir la
esencia: sin alterar la naturaleza y razón de la megacorporación Estado, siempre
en continuo crecimiento y con voluntad de poder igualmente en ascenso. Nada más
lejos de la verdad.
Estas maniobras para restañar las heridas del sistema nos sugieren
una doble vertiente, en la que creemos debemos
movernos quienes apostamos por avanzar hacia la meta de la Revolución Integral.
Una produciendo “argumentos verdaderos, imprescindibles para el crucial combate
de ideas” (i...), en el centro de la lucha política, en la crítica al régimen
de dictadura política que padecemos y bregando con contenidos elaborados con
esfuerzo contra las posiciones que operan como agentes del Estado en el seno
del pueblo: el reformismo estatista; otra en el plano subjetivo que nos convida
a crecer en planificada autoconstrucción, previa al mundo
de lo político, para remozarnos como
sujetos capaces para la reflexión y el esfuerzo por la verdad concreta.
Del logro de la
síntesis de ambos planos dependerá nuestro principal anhelo en el que hemos de
comprometer todas nuestras capacidades. El de la meta sublime de la Revolución
Integral, entendida conforme a la esencia que de ella nos propone Félix Rodrigo Mora en el artículo ya
referenciado sobre la cuestión de la abdicación del rey: “... una remoción
total de las estructuras económicas, políticas, mediáticas, neo-patriarcales y
educacionales, creando una sociedad libre, sin clase empresarial ni aparato
estatal, autogobernada por asambleas y autogestionada, en la que exista
libertad de conciencia, donde el sujeto sea libre para ser y autoconstruirse,
con ética, valores, estética, erótica y metas, o fines, específicamente
humanos..” .
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Notas:
(i) Al respecto del asunto de la valoración del significado de la abstención y demás resultados de las pasadas elecciones europeas recomendamos la lectura del artículo “¿PODEMOS...SALVAR AL SISTEMA? (EL DÍA QUE EL REY ABDICÓ Y EL PRÍNCIPE SE DEJÓ LA COLETA) publicado en el blog de NANIN el pasado 2 de junio. -----------------------------------------------------------------------------http://blognanin.blogspot.com.es/2014/06/podemossalvar-al-sistema-el-dia-que-el.html(ii) Sobre la cuestión de los sujetos-nada de la modernidad sigue siendo de candente actualidad el texto de Félix Rodrigo Mora “crisis y utopía en el siglo XXI”. maldecap (ediciones) marzo 2010
(iii) Sobre el carácter no-libre de la ficción con la que se embauca al pueblo, las elecciones, cabe recomendar el trabajo de Félix Rodrigo – “El Parlamentarismo como sistema de dominación”, incluido en la obra “Seis estudios” Edit. Brulot- 2010.
(iv) Demoledor y certero respecto del programa de la formación política liderada por Pablo Iglesias es el documento “ PODEMOS: EL NEO POPULISMO IZUIERDO-ESTATISTA DEL SIGLO XXI “ de Karlos Luckas en la entrada al blog “Conciencia, Libertad y Revolución Integral” el 31 de mayo 2014.
(v) Un análisis esclarecedor sobre este asunto en M. Amorós: “Clase media, Partitocracia y Fascismo”. http://es.scribd.com/doc/205601382/Amoros-M-Clase-media-partitocracia-y-fascismo
(vi) De obligada lectura para centrar la posición al respecto es la entrada en el blog de Félix Rodrigo Mora “esfuerzo y servicio desinteresados”: “Ante la abdicación del Rey: Ni Monarquía ni República burguesa, Revolución Integral, publicada el 2 de junio 2014. http://esfuerzoyservicio.blogspot.com.es/2014/06/ante-la-abdicacion-del-rey-ni-monarquia.html
(vii) Veáse para tener una idea al respecto de la represión ejercida por la II República el trabajo “14 de abril: La República de la tortura” publicado “Esfuerzo y servicio desinteresado”. Félix Rodrigo Mora, 8 de abril 2014. -----------------------------------http://esfuerzoyservicio.blogspot.com.es/2014_04_01_archive.html Cita extraída del punto 2 -El desarrollo del factor consciente es la tarea número uno de nuestro tiempo.- de LOS 25 PUNTOS DEL SISTEMA DE CONVICCIONES PARA UNAREVOLUCIÓN INTEGRAL.